16 de abril de 2010

La BCA contra Simon Singh: la victoria


Vale, voy atrasadísimo. Tengo pendientes un par de entradas casi terminadas, otra que tendré que animarme a escribir sobre mi participación del otro día en TeleCinco, y un par más sobre otros tantos fraudes pseudomédicos de los que me han informado (y si usted conoce alguno más, aquí al ladito tiene mi dirección de correo electrónico y de twitter para localizarme). Pero se quedan para más adelante, porque hoy estamos de celebración.

Como comentaba en la anterior minientrada de urgencia, la British Chiropractic Association, (cito de la nota de prensa que la BCA ha hecho pública hoy mismo),

habiendo considerado cuidadosamente su posición a la luz de la resolución del Tribunal de Apelación (1 de abril de 2010) (...) ha dedicido desistir de su demanda por libelo contra Simon Singh.

Lo que significa que, esta vez sí, Simon Singh ha ganado el pleito.

Como ya comentamos en su día (aquí, aquí y aquí, la Sentencia del Tribunal de Apelación dejaba el caso prácticamente zanjado, a la espera tan solo de que la BCA decidiera si recurría ante el Tribunal Supremo (con muy pocas garantías de éxito), seguía adelante con el procedimiento (con la perspectiva de una más que probable derrota) o, para variar, entraba en razón y desistía. Esta ha sido la opción elegida, según la propia BCA porque

la decisión [del Tribunal de Apelación] proporciona al Dr. Singh tal defensa que la BCA ha adoptado el punto de vista de que debe retirarse para evitar más costes legales para ambas partes.

En lo cual, por cierto, la BCA vuelve a mentir; en realidad las costas se incrementarían para una sola de las partes: para ellos. Si no recuerdo mal (escribo de memoria), lo que ya tienen que abonar a Simon Singh (unas 180.000 libras) supone prácticamente la totalidad de su presupuesto para este año.

Y eso son solo los costes económicos directos. Como hemos ido contando, la insensatez de la BCA y otras asociaciones quiroprácticas, por un lado, y la defensa de Simon Singh por parte de científicos, escépticos y defensores de la libertad de expresión, por otro, han supuesto que la quiropráctica británica se haya hundido de tal manera que algunos observadores llegan a pensar que será difícil que levante cabeza. Lo hará, me temo (todos conocemos la capacidad que tienen los patitos de goma para volver a salir a flote), pero le costará recuperarse de sus heridas. Recordemos que uno de cada cuatro quiroprácticos británicos está siendo sometido a investigación por su propio órgano regulador, el General Chiropractic Council.

En definitiva, la victoria no es solo de Simon Singh, sino también de los partidarios de la medicina científica frente a las pseudoterapias, y de la libertad de expresión frente a las grandes corporaciones. Una libertad, por cierto, que sigue necesitando del apoyo de todos.

No ha sido una victoria fácil, desde luego. No para Simon Singh, que recientemente anunciaba su decisión de abandonar su columna semanal en The Guardian por la falta de tiempo y el desgaste psíquico que le estaba suponiendo todo este asunto. Decisión que esperamos que reconsidere ahora; de momento aquí tienen la que publica hoy mismo comentando su victoria judicial.

Pero es una victoria que demuestra que los escépticos probablemente tengamos más fuerza que la que muchas veces creemos. Lo hemos podido comprobar, aunque a mucha menor escala, también en nuestro país.

Así que vamos a reflexionar sobre lo que podemos llegar a hacer, y sigamos adelante. Y, mientras tanto, vamos a celebrarlo. Por ejemplo, volviendo a leer el artículo que dio origen a todo este asunto, y que The Guardian, casi dos años después, ha vuelto a publicar en su edición de internet.

Que lo disfruten. Y recuerden: no solo es la BCA quien "happily promotes bogus treatments". Vamos a por los demás.

1 comentario:

  1. El enlace a la noticia reeditada de Singh en The guardian no va. Sobran unas comillas al final del enlace.

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